Hace siete años, en el asentamiento de desplazados Mano de Dios, ubicado en el sector El Pinal de la comuna 8, zona centro oriental de Medellín, se produjo un incendio que arrasó 271 viviendas, la mayoría de éstas habitadas por dos o más grupos familiares. Luego del incidente, un total de 350 familias perdieron sus hogares pues se consideró riesgoso que volvieran a habitarlos.
Con el fin de enfrentar la problemática de vivienda que se presentó en el asentamiento Mano de Dios; el Municipio de Medellín, el Departamento de Antioquia y la Nación, a través del Fondo Nacional de Vivienda, Fonvivienda, designaron un total de 9718,6 millones de pesos para la construcción de un nuevo barrio. Así mismo, la comunidad internacional también realizó una donación de 418 millones de pesos para esta causa: el proyecto Nuevo Amanecer.
Antes del incendio, el asentamiento de desplazados eligió una Junta de Vivienda Comunitaria llamada Junvicodes, y fue ésta la que se encargó de elegir a la Constructora MIV S.A para edificar estas nuevas viviendas de interés social.
La escogencia y aprobación de la compra del lote en el sector de Altavista fue hecha por la comunidad también a través de Junvicodes, pero el avalúo de la propiedad fue hecho por un particular que no se encontraba adscrito a la lonja de la propiedad raíz, que es la entidad competente para este asunto. Cabe aclarar que Junvicodes se atribuyó decisiones y competencias que la comunidad no les había otorgado, por lo cual se les inició una investigación penal e incluso algunos de sus miembros fueron privados de la libertad.
Sin embargo, las irregularidades no pararon ahí, durante el desarrollo del proyecto de vivienda Nuevo Amanecer se incurrió en una serie de incumplimientos legales y contractuales como los siguientes: El Departamento para la Prevención y Atención de Desastres, Dapard, tenía como función principal velar por la correcta inversión de los recursos que había designado el departamento de Antioquia para la adquisición del lote con las especificaciones requeridas y a un precio razonable, obligación que no cumplió; y, las instituciones que aportaron en el proyecto, que firmaron el convenio administrativo y que conformaron el comité fiduciario (máximo órgano de decisión) no atendieron con la obligación de velar porque el lote cumpliera desde el punto de vista ético y ambiental las especificaciones exigidas para el proyecto; entre otros.
Debido a la falta de asesoría a la que fue sometida la comunidad, el barrio Nuevo Amanecer se comenzó a edificar en un terreno inconveniente desde varios puntos de vista, para empezar, fue construido a lado de una ladrillera que contamina el medio ambiente y, según declaraciones de los habitantes del barrio, genera problemas respiratorios especialmente en los niños; el lote adquirido, de antaño, fue objeto de una explotación minera; y, además, los vecinos afirman que por debajo del barrio pasa una quebrada que desemboca a un lote cercano, lo que genera un terreno inestable.
Así mismo, la constructora entregó unas viviendas con problemas de acueducto, de humedad y sin terminar, ya que la parte trasera de las casa no contaba con ninguna pared quedando todas intercomunicadas lo que generó una inseguridad supremamente alta. Según declaraciones de una habitante del Nuevo Amanecer, “eso ocasionó en el barrio una cadena de inseguridad, violación y robos […] cada vez que llegaba la noche se temía que al día siguiente amaneciera cualquier miembro de la familia violentado”·
En pocas palabras, no hubo rigurosidad con el proyecto y nadie, ni siquiera los entes estatales que lo tenían por obligación, controlaron la plata que se giró a la constructora, la cual llegó a ubicar seis o siete familias en un espacio de 31 metros cuadrados.
La falta de claridad en el manejo de los dineros públicos ocasionaran que el proyecto generara un sobrecosto con la constructora que tendría que ser pagado por la comunidad, la cual no contaba con capacidad económica, por lo que se le hizo firmar un pagaré con Empresas Públicas por un valor de 1 millón 750 mil pesos. Debido a este endeudamiento, los habitantes de Nuevo Amanecer están desconectados de los servicios públicos.
Por si fuera poco, como el barrio no fue terminado en su totalidad ya que los recursos públicos no fueron controlados, el Municipio de Medellín no lo recibió y por lo tanto al proyecto Nuevo Amanecer no se le construyó ningún espacio público y no hacía parte del presupuesto participativo. Según la argumentación de la administración municipal el barrio legalmente no existía.
Estas irregularidades fueron constantemente denunciadas por líderes del barrio como Yaneth Martínez, pero ella y muchos otros fueron obligados a desplazarse una vez más porque empezaron a recibir amenazas y persecuciones contra su vida. “Luchamos para que no quedara en la impunidad tanta injusticia y tanta corrupción con Nuevo Amanecer”, afirmó Martínez.
Sin embargo, la situación debe cambiar para la comunidad de este barrio gracias al apoyo y acompañamiento que la Corporación Jurídica Libertad y la Red Juvenil le han venido brindado, ya que una acción popular impuesta a través de éstas contra el Municipio de Medellín el 30 de enero de 2009, con el fin de amparar los derechos colectivos de goce a un ambiente sano, la seguridad y la salubridad pública; realización de las construcciones, edificaciones y desarrollos urbanos; acceso a servicios públicos; goce del espacio público; y moralidad administrativa, fue fallada a favor de los habitantes de Nuevo Amanecer el 23de abril del presente año por el Juzgado Diecisiete Administrativo del Circuito de Medellín.
Por lo siguiente, el juzgado ordenó tanto a la constructora MIV S.A., como al Municipio de Medellín, que diseñen un plan de de trabajo que “contenga los elementos necesarios para concluir el barrio Nuevo Amanecer en condiciones dignas de habitabilidad”, durante un plazo máximo de tres meses; además, una vez se cumpla este término de tiempo, la constructora, bajo la coordinación del Municipio contará con seis meses para ejecutar dicho plan.
“Esta noticia me causa una alegría muy grande. La justicia en Colombia es ciega y cojea mucho pero a veces llega. Valió la pena tanto sacrificio y tanta lucha. Aunque lastimosamente esto no garantiza la seguridad del barrio, yo por lo menos no puedo volver, el barrio lo tienen tomado los reinsertados, los que dizque ya no delinquen, y allí viven mesclados víctimas y victimarios. Temo que poco a poco esta gente, que está por toda Altavista, se tomen Nuevo Amanecer totalmente y desplacen a toda la comunidad originaria, como lo hicieron conmigo. Pero esto fue una lucha ganada, vencimos la corrupción y la injusticia a la que estaba sometida la construcción del Nuevo Amanecer”, afirmó Yaneth Martínez, líder comunal desplazada del barrio.
Comunicaciones CJL
Mayo 4 de 2010.
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Last modified: 29 septiembre, 2021