Es probable que los gritos de Estefany Mendoza no fueran lo suficientemente ensordecedores como para hallar auxilio en el momento en que Nedardo Murillo Valdés -vigilante de la empresa ATEMPI que presta el servicio de “seguridad” en la Universidad de Antioquia-, aprovechando la soledad reinante en el Alma Mater ese medio día del domingo 10 de abril, se abalanzaba contra su cuerpo, abrazándola fuertemente, intentando amordazarla y agarrándole los senos con brusquedad, en el baño de mujeres del bloque 6.
No obstante, tras su grito desesperado –e inadvertido- pudo emprender la fuga, dejando al vigilante en el baño.
Minutos más tarde otra estudiante de la Universidad de Antioquia, esta vez Karen Xiomara Marín, entró al baño donde Nedardo esperaba a su siguiente víctima. La aprisionó y la agredió mientras le decía: “le voy a hacer cositas ricas”. Karen, practicante de artes marciales, se defendió con tal ahínco que el agresor no tuvo oportunidad de lograr su cometido.
Pese al temblor que dominaba su cuerpo cuando regresó al lugar donde estudiaba con algunos compañeros, logró contar lo sucedido y salir en busca de los vigilantes adscritos a la Universidad –finalmente más confiables que los de la seguridad privada-, quienes ya estaban enterados del primer incidente.
En su compañía, Karen y Estefany denunciaron las agresiones de las que fueron víctimas ante el supervisor de la empresa ATEMPI y llamaron a la Policía, logrando la captura del empleado, contra quien formularon las respectivas denuncias penales en la Fiscalía General de la Nación por el delito de acto sexual violento. Actualmente se desarrolla la investigación penal pertinente, mientras el vigilante se encuentra recluido en el Centro Carcelario y Penitenciario Bellavista.
La Corporación Jurídica Libertad, organismo no gubernamental de Derechos Humanos, expresa su preocupación ante el acontecimiento de estos actos al interior de la Universidad de Antioquia, especialmente en tan aciagos momentos para la comunidad universitaria, a quien el Consejo Superior Universitario y la Fuerza Pública le han impuesto toda clase de restricciones. Y manifiesta también su inquietud ante la práctica de los abusos señalados por quienes están llamados a garantizar la seguridad al interior del centro universitario, sumándolo a las reiteradas quejas y voces de protesta contra los funcionarios de ATEMPI a causa de las agresiones verbales, los allanamientos a algunas oficinas estudiantiles y las amenazas que han lanzado contra algunos estudiantes.
En consecuencia, solicita:
– Que se investiguen con todo rigor los incidentes narrados.
– Que se exija de la empresa ATEMPI una investigación de los hechos y asuma la correspondiente responsabilidad.
– Que haya un pronunciamiento público por parte de la dirección de la Universidad de Antioquia sobre estos hechos.