Foto: Tomada de periódico El Espectador
Nos llena de gran preocupación la nueva incursión de los paramilitares (quienes se denominan Autodefensas Gaitanistas de Colombia, el gobierno les llama BACIM, urabeños o Clan Úsuga), esta vez dentro del corregimiento de San José de Apartadó. Esta situación se suma a las reiterada alertas elevadas por la Asociación Campesina de San José de Apartadó y la Comunidad de Paz, las cuales evidencian la fuerte presencia de este grupo armado que genera pánico por las acciones que históricamente han tomado contra la población civil y que cuentan con el apoyo y complicidad de la fuerza pública, como ha sido denunciado por la comunidad.
El día de hoy aparecieron varios grafitis en casas de familias, sitios de trabajo y en la valla de la Comunidad de Paz, en las cuales los paramilitares anuncian que llegaron para quedarse. Esta acción, que tiene un carácter militar ilegal, fue realizada a escasos metros de una base militar perteneciente al Batallón Voltígeros y de la estación de policía del casco urbano del corregimiento. Un territorio en el cual la población está protegida con medidas cautelares por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pese a lo cual los paramilitares actúan con total impunidad, apoyados desde la Brigada XVIII, como se ha denunciado en diversas ocasiones.
Esta situación se suma a lo sucedido el 31 de marzo, cuando el grupo Paramilitar AGC decretó un paro armado, el cual se prolongó por tres días en la región de Urabá y otros municipios de ocho departamentos, evidenciando su poderíos políticos, militar y social, el control territorial y la poca acción de la fuerza pública para controlar su accionar.
Dejamos claro que lo que suceda en este territorio será responsabilidad exclusiva del Estado colombiano, hacemos un llamado a la Presidencia de la República y a sus instituciones para que vuelquen todos los esfuerzos para proteger a esta comunidad que ha sido víctima de todas las formas de violencia, así mismo instamos al Estado colombiano a ejercer sus responsabilidades con la democracia para que no permita la repetición de hechos de re-victimizantes que atentan contra la población y a que brinde las garantías a la vida, la integridad física y psicológica de los y las campesinas de San José de Apartadó.
Reiteramos la exigencia de garantías de no repetición y protección para la población en general y particularmente de los líderes y lideresas sociales en los territorios. Insistimos en la conformación de una Comisión de Alto Nivel que defina mecanismos efectivos para proteger la vida de las comunidades, defensores de derechos humanos y líderes sociales.
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