La lucha por la verdad, la justicia y la reparación integral que arduamente ha sido sostenida por las víctimas de crímenes de Estado en diferentes escenarios, mediante herramientas jurídicas y movilizaciones, y a través de sus respectivas organizaciones, ha tenido un nuevo resultado positivo.
Nuevamente se ha logrado una condena en estrados judiciales de un grupo considerable de militares, la cual se suma a la ya publicada sentencia condenatoria en contra de integrantes del Batallón de Artillería número 4 –Grupo Bajes- adscrito a la Cuarta Brigada, encontrados culpables de los delitos de homicidio en persona protegida, secuestro y tortura en persona protegida.
Carlos Enrique Riaño Triana, Oscar Alfonso Verdecia Maestre, Francisco Javier Vanegas Céspedes, Álvaro Suaza González, Andrés Felipe Rivera Pérez, Bernavides Palacios Mosquera, Wilson Hernando Bedoya Bedoya, Damar Obied García Quiñones, Edgar Vidales González, Carlos Enrique Alzate Silva y Alirio Rovira Quinto, integrantes del grupo de contraguerrilla Atacador 2, adscrito al Batallón de Artillería número 4 de la Cuarta Brigada; fueron hallados penalmente responsables de los delitos de secuestro agravado, homicidio en persona protegida y, en consecuencia, condenados por parte del Juzgado Segundo Penal del Circuito Especializado de Antioquia mediante sentencia del 10 de octubre de 2011, a 37 años de prisión.
Los hechos en los cuales se le causó la muerte al joven Norbey de Jesús Ceballos Santamaría, un humilde campesino dedicado exclusivamente a la agricultura, ocurrieron el 16 de julio de 2004 en el marco de la operación Espartaco misión táctica Japón, iniciada el 14 de julio de 2004 en jurisdicción de la vereda El Morro del municipio de Granada y finalizada el 27 del mismo mes en jurisdicción del Alto del Chocó del municipio de San Carlos.
A primeras horas del 16 de julio de 2004, la tropa anteriormente referenciada irrumpió en la residencia de la familia Ceballos Santamaría, ubicada en la vereda La Gaviota del municipio de Granada (Antioquia), ingresando a la humilde vivienda de manera agresiva e insultando a las mujeres, amenazándolas con sus armas y expresándoles que las matarían.
La señora María Amparo Giraldo, madre de Norbey Ceballos, fue golpeada e insultada por el personal militar. El joven se encontraba oculto en el zarzo de su casa por temor a la agresividad de los militares y a los antecedentes de éstos en la zona del oriente antioqueño, pero al evidenciar que detendrían a su madre de manera arbitraria e ilegal procedió a causar ruidos para que los militares lo detuvieran a él y no a su madre.
Luego de bajarlo del zarzo, los militares golpearon e insultaron al joven Norbey Ceballos, lo agredieron en su rostro y luego se lo llevaron arrastrándolo con dos cuerdas atadas al cuello y a la cintura. Actos crueles por parte del personal armado que evidencia la sevicia con la cual cometieron los delitos.
La persistencia de la familia, su valentía y firmeza de ver a los ojos durante todo el proceso a los responsables de la muerte de su ser querido, los elementos de prueba recaudados, y en general, el arduo trabajo de quienes aportaron al esclarecimiento de los hechos y contribuyeron a lograr esta condena que se suma a la lucha para contrarrestar el mar de impunidad que reina en nuestro país, es un ejemplo más que nos demuestra que la lucha por la verdad, la justicia y la reparación tendrá sus frutos, las víctimas serán dignificadas y los responsables serán castigados.