María Dioselina Barrera es una mujer de 45 años, hace 15 años es viuda. El conflicto armado colombiano y específicamente el que se vivía en esa época en San Carlos Antioquia le arrebataron a su esposo, ella es otra de las víctimas de la masacre de la Escalera.
“Eso fue el 15 de abril del 2000 nosotros veníamos en el carro escalera, íbamos para el pueblo para San Carlos cuando de repente nos pararon en un retén, eran unos hombres uniformados, vestían de verde y en el brazo decía AUC” En ese momento Dioselina se toma la cara y algunas lágrimas ruedan por sus mejillas, se nota la rabia en su mirada, se seca las lágrimas y continúa. “cuando nos pararon en ese reten empezaron a bajar a la gente, nombraban a algunos y los montaron a otro carro escalera que estaba subiendo, dentro de los que nombraron estaba mi esposo, yo no entendía por qué, para dónde se lo iban a llevar solo sé que ese fue el último día que lo vi”
“Él se llamaba Francisco Luis Moreno Salazar, era un padre ejemplar, un buen esposo, trabajador, no se metía con nadie. Cuando el carro en el que los subieron arrancó le bajaron las carpas, lo taparon, no entendimos, las carpas se usan los días de lluvia y ese día hacía mucho sol” Otros habitantes de San Carlos y que estuvieron presentes en este hecho han mencionado que en la entrada al pueblo había siempre un retén del Ejercito, pero que ese día ya no estaba.
“Han sido muchos años sin él, años muy duros, no solo por extrañarlo, sino porque me ha tocado sola sacar adelante mi hogar, levantar a mis hijos, además me tocó salir desplazada de San Carlos, allá no se podía vivir, todo el tiempo nos estaban acusando de ser parte de un grupo u otro” Dioselina actualmente está radicada en Medellín, como madre soltera trabaja y mantiene el hogar conformado por ella y sus dos hijos.
“Después de que se los llevaron nos hicieron regresar a las veredas en los carros que veníamos, al otro día empezamos con los vecinos a mirar como avisábamos a la Personería y como hacíamos para armar una comisión que ayudara a buscarlos, lo hicimos, pero solo dio resultados 16 días después, que los encontramos en una fosa común, estaban en estado de descomposición, picados por los animales que estaban cerca de donde los encontramos” Vuelve a llorar, baja la mirada y entre sollozos menciona “Yo solo quiero la verdad”
Cuando se le pregunta que sabe del proceso solo menciona que ha sido muy duro, muchos años sin saber la verdad, muchos años escuchando una y otra vez que los asesinaron porque “eran guerrilleros” “El decir de ellos es que los mataban porque eran guerrilleros y frente a eso yo solo tengo que decir que mi esposo no era ningún guerrillero, era un hombre trabajador, era un campesino”
Dioselina, asegura que su lucha por buscar la verdad de su esposo va a continuar, que la mejor reparación que puede recibir es poder limpiar el nombre de Francisco y que sus hijos sepan la verdad de lo que pasó con su papá