*Foto tomada de elnuevosiglo.com
El día 8 de mayo continuó la audiencia en contra de la Plana Mayor del Batallón Pedro Nel Ospina. A estos altos mandos se les imputó por parte del Fiscal 57 adscrito a la Unidad Nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, los cargos de homicidio en persona protegida, desaparición forzada, secuestro agravado, porte ilegal de armas y concierto para delinquir, por 19 hechos donde perdieron la vida 27 civiles a manos del Ejército Nacional, alrededor de lo que la opinión pública ha conocido como ejecuciones extrajudiciales.
En esta ocasión, se le endilgó al coronel Diego Hernán Padilla Ospina, quien se desempeñaba como el Jefe de Operaciones durante los años 2005 y 2006 en el referido batallón, al igual que el también Coronel Segundo Raúl huertas Ceballos, quien fungía como Oficial de Operaciones para los años 2006 y 2007 de esta misma unidad militar.
Una vez más se ha evidenciado que este tipo de conductas no eran casos aislados, por el contrario, se trata de una práctica desplegada por las unidades militares con la planeación del Estado Mayor del batallón Pedro Nel Ospina, incluso participando de manera activa en muchos de los casos imputados.
Por lo tanto, se pudo establecer que existía una directriz impartida por los comandantes y consentida por todas las esferas de ese batallón.
De igual manera, se impuso medida de aseguramiento de carácter intramural contra estos militares, toda vez que se configura un peligro para las víctimas, dadas las amenazas de muerte recibidas por algunas de ellas, además, por el nexo que existe entre los castrenses y la banda criminal encargada de reclutar con engaños a las víctimas.
Tal y como lo señala la Juez Rojas García, se trata de un aparato organizado de poder, con un objetivo común trazado bajo la premisa de masificar los resultados operacionales del Batallón Pedro Nel Ospina, el cual, curiosamente, debía dedicar su trabajo a labores sociales y de infraestructura, por tratarse de un Batallón de Ingenieros.
Asimismo, se deja entrever todo el proceso de adoctrinamiento de todas las jerarquías del Batallón, encaminado a presentar civiles como guerrilleros muertos en combate.
Por consiguiente, todos los estamentos militares actúan como un engranaje, de manera mancomunada: ningún militar actúa como rueda suelta, todos tienen un objetivo común. En este caso, presentar bajas sin importar que sus víctimas fuesen civiles ajenas a las hostilidades y protegidas por el Derecho Internacional humanitario.
Es así como en el marco de todo el funcionamiento de esa estructura organizada de poder, estos dos coroneles tenían una participación determinante para que los delitos imputados pudieran materializarse, en tanto, tenían un modo de operación claro, una selección de sus víctimas con características comunes -habitantes de calle, drogradictos, personas con antecedentes penales-, con una permanencia en el tiempo y una unidad de propósito definido en causar la muerte de personas no combatientes y hacerlos pasar como tales.
Conductas desplegadas que permiten palpar un plan macabro con objetivos mezquinos, presentado lamentablemente como logro del Ejército Nacional, sin medir el daño incalculable ocasionado a las víctimas y a sus familias.
Esta nueva imputación e imposición de medida de aseguramiento, se suma a la del teniente coronel José Zanguña Duarte, llevadas a cabo en días anteriores ante el Juzgado Diecisiete Penal Municipal de Medellín. En los próximos días se llevará a cabo la audiencia de imputación y solicitud de medida de aseguramiento en contra del señor Edgar Emilio Ávila Doria como máximo comandante del batallón Pedron Nel Ospina para la época de los hechos.