14 y 15 de marzo del 2020; Támesis, Antioquia
Nos manifestejamos como mujeres diversas, campesinas, afros, indígenas, brujas, libres y sabias que habitamos los territorios del Oriente, Suroeste y Nordeste de Antioquia.
Somos guardianas de las semillas, los ríos, las montañas, la vida y la diversidad que habita en la tierra y en nuestros cuerpos. Reconocemos la importancia de tejernos como compañeras y defensoras de lo que habitamos, desde el reconocimiento de la otra, de los diferentes contextos, luchas y resistencias.
Sentimos el encuentro y la juntanza como nuestra forma de organización política que nos permite expandir una fuerza colectiva para la defensa de nuestros cuerpos y nuestros territorios.
Nuestra defensa está atravesada por la recuperación de espacios donde históricamente hemos sido invisibilizadas, somos parte de los espacios asamblearios, comunitarios, organizativos para la toma de decisiones y, ahora como mujeres autónomas, decidimos y manejos nuestras propias economías como base para una vida libre y digna y reconocemos el arte como apuesta política para la juntanza, la lucha y para manifestar nuestras reivindicaciones y exigencias.
Es por esto que, desde el Primer Encuentro de Mujeres Defensoras de los Territorios de las subregiones del Oriente, Suroeste y Nordeste de Antioquia, denunciamos que:
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Las políticas extractivistas y minero-energéticas, están arrasando con la vida y la salud de los territorios, generando desintegración de los tejidos comunitarios, recrudeciendo las violencias estructurales contra las mujeres, los niños y las niñas.
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La concentración de la propiedad de la tierra en Colombia excluye a las mujeres y revictimiza a las principales víctimas del conflicto armado: las mujeres, y que pone en peligro su autonomía económica y la posibilidad de una vida digna, violando los derechos a la reparación integral y las garantías de no repetición.
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El incremento de políticas que le apuestan al exterminio a la diversidad y libertad de pensamiento, que tienen como consecuencia la normalización de la violencia contra las mujeres y el alza de feminicidios y transfeminicidios en los territorios.
Exigimos:
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El respeto e implementación de los acuerdos de paz pactados en la Habana para redignificar territorios rurales incluyentes y seguros para las mujeres.
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Que el Estado Colombiano respete y garantice los derechos a la movilización social y política de las mujeres; eliminando prácticas de estigmatización y acciones que ponen en peligro la integridad de la vida y la salud de las mujeres lideresas defensoras de Derechos Humanos.
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El fortalecimiento de circuitos económicos solidarios de producción, comercialización y consumo responsable que dignifica la autonomía económica de las mujeres.
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Garantías eficaces para que las mujeres rurales puedan acceder a la propiedad de la tierra y permanecer en sus territorios.
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Que los movimientos y organizaciones sociales tengan acciones y construyan entornos protectores para una vida libre de violencias.
Desde el Primer Encuentro Interregional de Mujeres Defensoras de los Territorios declaramos que “NI LAS MUJERES, NI LA TIERRA, SOMOS TERRITORIO DE CONQUISTA