Jesús Emilio Carvajalino, más conocido dentro de las filas de las FARC –EP como Andrés París. Se ha encargado por mucho tiempo de las comunicaciones y estuvo en La Habana como negociador hasta el año 2014, al regresar a Colombia fue declarado nuevamente como objetivo militar. Desde la X Conferencia Nacional Guerrillera, habló con la Corporación Jurídica Libertad para abordar diferentes temas. Conozca la entrevista a continuación
¿Alguna vez usted dijo que el desarme sería un largo proceso, por qué, se va a extender más de los 180 días?
El acuerdo que se firma, finalmente establece sobre dejación de armas un periodo de 180 días. Ese tiempo es el suficiente para hacer el proceso de dejación de armas y organizar el paso de los guerrilleros a su vida civil y se iniciaría la etapa de lo que se llama la reincorporación a la actividad. Este problema del desarme también hay que concebirlo dentro del concepto de largo proceso pero pensando también que el Estado debe garantizar y asegurar las plenas garantías en este proceso de reincorporación
Es decir la dejación de armas no es el simple acto de dejarlas en un conteiner, está en el espíritu del acuerdo firmado el compromiso de no hacer uso de las armas en la actividad política, esto también obliga al Estado, aunque en los acuerdos no se establece dejación de armas para las Fuerzas Armadas oficiales, el Estado si compromete su palabra de crear un ambiente un microclima político y unas reformas que permitan exactamente las garantías políticas para no tener que hacer uso de las armas nuevamente; por eso ese periodo será largo. En forma inmediata se van a aprobar una serie de leyes que van a aprobar una seri de leyes que van a permitir seguir las fases establecidas en el acuerdo de La Habana.
Se habla durante esta conferencia del temor de la “guerrillerada” por las garantías y por la amenaza del fenómeno del paramilitarismo, una vez se entreguen las armas. ¿Qué piensa de ello?
Digamos que no es superior a los temores que puede producir la guerra misma, es un reto que hemos aceptado y confiamos en que los acuerdos en el punto referido a lucha contra el paramilitarismo, igualmente también se cumplan.
Una de las principales garantías, sino es la principal es el desmonte de los grupos paramilitares, el compromiso de trabajar en la creación de una series de comisiones que van a generar una especie de alertas tempranas y van a hacer investigaciones puntuales sobre la amenaza paramilitar y hay el compromiso de una fuerza especial de lucha contra el paramilitarismo. Esperamos que eso que está firmado se cumpla ante la eventual amenaza de estos grupos.
Si bien tenemos temor también tenemos mucho optimismo y con ese optimismo es que vamos a salir. Será responsabilidad de la oligarquía colombiana, el régimen que se cumplan los acuerdos de La Habana, de lo contrario si dejan que se imponga el accionar paramilitar obvio eso tendrá sus consecuencias en el proceso de paz que esperamos se pueda llevar a feliz término y en forma clara a lo largo de estos años que se inician con la dejación de armas.
¿Volviendo por el mismo tema usted al regresar de La Habana en el 2014 fue objetivo militar, no teme que el Ejército haga eso de nuevo con alguno de ustedes?
En los acuerdos que se firmaron, están establecido varios mecanismos legales, jurídicos y políticos, que hacen que esa figura de objetivo militar desaparezca. Esto estaba determinado por nuestra calidad de Comandantes guerrilleros; ahora con la firma de los acuerdos de paz el 24 de agosto entre el Comandante Iván Márquez y el jefe de la delegación del Gobierno Humberto de la Calle, pasamos a tener otro status, somos comandantes no en marcha hacia la guerra, sino en tránsito hacia la paz. Inmediatamente entremos a las zonas campamentarias, tendrá que ponerse en vigencia la ley de amnistía, que nos conforma en ciudadanos y empezamos en tránsito de comandantes guerrilleros a dirigentes políticos civiles y legales, por eso esta figura de objetivo militar se cae por su propio peso, ante la nueva realidad jurídica y política
Se puede decir también que los medios de comunicación, sobre todo los privados han sido actores de violencia en el país, ¿Cuál cree usted que debería ser el papel de los medios ahora? ¿Cree que deben pedir perdón y contribuir con la verdad ellos también?
Soy afirmativo a toda su inquietud, me parece que los medios deben meterse en el espíritu de los acuerdos de La Habana que obligan al gobierno nacional. Las grandes cadenas privadas igualmente deben alinearse en este espíritu de reconciliación, sería lo más deseable y tendrán que hacer una especie de reparación psíquica y cambiarle a algunos jefes de las oficinas que producen y ordenan las noticias, que les quiten el chip de la guerra y les metan el chip de la paz; porque siguen repitiendo y reportando este proceso también desde el matoneo y el bullying antiguerrillero, pareciera que no hubiera habido proceso de paz.
¿En aras de cambiar el chip, como usted lo menciona fue que se abrió esta conferencia a todos los medios incluyendo a los privados que han sido los que mayores críticas han hecho estos días?
Nosotros siempre desde La Habana quisimos estimular un fuerte movimiento de prensa alternativa de prensa diferente a esos grandes medios, pero la realidad de la prensa alternativa corresponde a la realidad de las propuestas alternativas de la izquierda revolucionaria que siendo muy significativa, tesonera, persistente; la izquierda es muy pequeña y eso se expresa en las pocas opciones de prensa alternativa. Por eso nosotros hemos deseado que se fortalezca en la lucha por la paz el proceso de prensa alternativa y entre más vengan pues mucho mejor, precisamente queremos ser fuente de las noticias y jefes de medios de noticias que se conviertan en un mecanismo de prensa alternativa más para también converger con ellos con ese esfuerzo tan importante. Hay que decir que sin medios es una estupidez salir a hacer política y los grandes medios nos la van a hacer, tenemos que construir nuestros propios recursos informativos y políticos
Finalmente un mensaje para las víctimas y para las víctimas de crímenes de Estado
Que confíen en el desarrollo de los acuerdos de La Habana, en donde ellos estuvieron en el centro de la discusión, que logramos compromisos del Estado que deben cumplirse igualmente. En lo que nos corresponde aceptación de nuestra parte de responsabilidad, estamos cumpliendo a cabalidad y que nos abracemos todos que por nuestra parte hicimos el compromiso de que no vamos a hacer uso de las armas en el ejercicio de la política y que esperamos que esta etapa se consolide, eso no depende solo de nosotros, depende del gobierno, depende de toda la sociedad y que gane el SÍ ahora el 2 de octubre.