La nostalgia no es volver a sufrir. Uno ha sufrido toda la vida desde que desaparecieron y asesinaron a nuestros familiares, pero la nostalgia se convierte en una fuerza que ayuda a luchar por la verdad y a mantener viva la memoria.
Mujer participante del proceso
Esta conjunción de palabras, Desde la Nostalgia: Memoria y Resistencia, son el resultado de un ejercicio de formación/creación alrededor de dispositivos y repertorios de memoria, en el que participan colectivos y organizaciones de víctimas que acompaña la CJL. Con estas líneas narrativas que crearon los/as participantes de las sesiones, se ha venido desarrollando una iniciativa que, como otras que hacen parte de los diversos procesos formativos y creativos en donde confluye la CJL con organizaciones que acompaña, propende por potenciar los saberes propios de quienes participan en procesos formativos, y dar cabida a las sensibilidades políticas y artísticas que cada uno/a ha fortalecido en sus procesos de reparación, tanto individuales como colectivos, en sus memorias, en la búsqueda de la verdad y en las luchas por la no repetición.
Este proceso de encuentro, que potencia la participación de víctimas, especialmente mujeres, no solo busca la creación de un material escrito que recoge los testimonios y acontecimientos de hechos violentos. La esencia del proceso creativo, radica en que a través de múltiples expresiones artísticas como el dibujo, la sonoridad, el trabajo audiovisual y la escritura, los/as practicantes interactúan entre ellos/as mismos/as, ampliando las posibilidades de narrar las memorias de sus familiares víctimas de crímenes de Estado, que se enlazan con las luchas que adelantan en los distintos procesos y escenarios de disputa alrededor de la verdad y la reparación de los cuales hacen parte.
A través del dialogo de saberes, los talleres de formación/creación, son una puesta en común de un relato colectivo, que explora las diversas posibilidades de narrarlo en lo público y socializarlo ante otros y otras. El aprendizaje significativo de cada taller, se materializa en creaciones narrativas que se encuentran en causas y luchas comunes, siendo en sí un espacio para la resignificación y el acompañamiento psicosocial de las víctimas, sus familiares, espacios organizativos y entornos cercanos.
Con la política del cuidado, cada espacio de encuentro, tiene en cuenta las condiciones propias de las/los participantes. La cotidianidad del café compartido, de la escucha participativa, de las historias narradas en círculos de la palabra, son las formas pedagógicas en las que se construyen y se colectivizan los relatos de memoria. Las técnicas participativas y las herramientas digitales, han servido como un medio que intercede entre la relación pasado-presente, permitiendo crear un relato sentido que quiere ser parte de los relatos colectivos sobre el conflicto, la resistencia y la exigencia de verdad.
Apostarle al cuidado, el encuentro, la interacción con otras experiencias personales y la creación artística, son los principales insumos, no solo para diseñar unos contenidos específicos, sino también para recrear las formas en que comúnmente se rememoran las historias de vida y las experiencias posteriores a los hechos violentos. Además, en las rutas de trabajo de cada sesión, la potencia de las historias de vida son ejes centrales del proceso, entendidas no como unas “historias de vida a secas”, sino como unas historias de vida ligadas a los procesos de reflexión de la experiencia dolorosa, a los espacios de resistencia donde se denuncia y a la sensibilidad colectiva que han desarrollado a lo largo de sus vidas en sus propios procesos de resignificación del dolor.
En el desarrollo metodológico del proceso creativo, las estrategias de trabajo en las sesiones, han permitido la construcción del relato de memoria sobre la afectación diferenciada que vive cada uno/a de los/as participantes. Trabajar sin presión (sin afanes), pero con la firmeza de concebir la importancia de los nuevos repertorios de sus memorias que posibilitan estos aprendizajes, han permitido crear contenidos que se han ido forjando a la par del proceso psicosocial y se han ido elaborando de manera consensuada y respetuosa con el estilo que cada quien quiere impregnarle.
En este caminar, seguimos apostándole a la creación fraterna y cuidadosa de unos Relatos de Memoria que comprenden que el impacto de los hechos violentos y la impunidad, deben ser abordados y elaborados desde múltiples aristas, de cara a la no revictimización y en búsqueda de un bienestar para quien narra sus memorias y quiere que den el paso a lo público. Para ellos/as, ver reflejados sus relatos en un material impreso, sonoro o audiovisual, va más allá de la narración de una historia, convirtiéndose en sí misma en una reivindicación permanente y colectiva de la memoria y los derechos de las víctimas a la verdad.
Este tipo de encuentros, son un alivio para mí porque me permiten compartir mi memoria de la historia de mis familiares y encontrarme con otras personas que han sufrido lo mismo. Así nos acompañamos, apoyamos y resistimos juntos.
Mujer participante del proceso