Foto: Gabby Gil – Corporación Jurídica Libertad.
Blanca Nidia Pérez es una mujer amorosa, tierna y alegre cuando entra en confianza, ella nos narró cómo ha sido pertenecer al grupo de Mujeres Caminado por la Verdad, pero además nos detalla como sucedió la desaparición de su hermano. “Cuando yo llegué al grupo era muy tímida, poco a poco me fui superando con el acompañamiento de todas las organizaciones: Obra Social Madre Laura, hermana Rosa Cadavid, Corporación Jurídica Libertad, el MOVICE y de nuestras compañeras Mujeres Caminando por la Verdad. En este momento me siento bien en el grupo y espero tener vida y salud para seguir luchando, para conocer muchas personas más que quieran seguir exigiendo sus derechos” Comenta.
José Robeiro, es el hermano de Blanca Nidia, ella lo recuerda como un hombre de ojos verdes, cabello rubio y la cara ovalada.
Vivían en el barrio Belencito Corazón de la comuna 13, él era vendedor ambulante en el barrio. El día de su desaparición el 5 de febrero de 2003, el “Mono” como lo llamaban cariñosamente sus familiares y amigos, salió a trabajar, pero nunca regresó a casa. Para ese momento tenía 38 años.
Su familia después de preguntar por él en el barrio y con los vecinos, se enteró de que al “Mono”, hombres fuertemente armados lo golpearon y se lo llevaron en una camioneta del sitio conocido como “El Salón Rojo” en el barrio 20 de julio en la misma comuna, se dirigían a La Escombrera, un lugar que aún sirve como botadero de escombros y basura a la ciudad. Se cree que quienes se lo llevaron eran paramilitares del Bloque Cacique Nutibara.
Uno de los vendedores ambulantes del sector, que le conocía, quien además fue testigo de la desaparición, pudo dar su testimonio, en el que aseguraba que José Robeiro, había sido amenazado de muerte. En el marco de la Operación Orión, el “Mono” fue golpeado por un agente de Policía. Han pasado los años y esto es todo lo que se sabe de Robeiro, no ha vuelto a casa, no ha sido encontrado, pero Blanca Nidia no se rinde ella persiste en la idea de un día poder hallarlo y presentarle sus sobrinos, poder darle los abrazos que aún le tiene guardados.
“Le doy gracias a Dios porque hoy soy otra persona, seguiré resistiendo y persistiendo hasta el final, por ejemplo: Asistiendo a los talleres, marchas, plantones y las actividades que se realizan. Le doy gracias a Dios por tenerme siempre en cuenta en todo lo que hacen: Adriana muchas gracias por ese apoyo tan grande, porque he salido adelante y no estoy en la soledad; hoy soy una persona alegre, divertida y comprometida.”