Las comunidades de los municipios de Remedios y Segovia denuncian que desde la entrada en vigor del Plan Troya Nordeste ha “aumentado la represión armada, económica, social y sicológica” por parte de grupos paramilitares.
De acuerdo al Ministerio de Defensa y a la Gobernación de Antioquia, su propósito es combatir la minería ilegal y las actividades delincuenciales de las bandas criminales (BACRIM) en esta región del departamento. Para tal afecto la Policía asignó 332 nuevos patrulleros, 47 mandos ejecutivos y 7oficiales, mientras la Fiscalía dispuso el apoyo de dos fiscales especializados antibacrim.
En la mañana de ayer los lugareños se encontraron, sorprendidos, un nuevo panfleto en el que se advierte que después de las 10:00 de la noche todos deben estar en sus casas y no se permitirán extraños ni trato con ellos. “Estén pendientes a este llamado. No queremos que caigan personas inocentes”, finaliza diciendo.
A ello se suma la restricción a la circulación del transporte público impuesta en Remedios desde hace una semana y el aumento de asesinatos, generando una permanente sensación de miedo.
Ante esta situación, las comunidades reclaman que las entidades gubernamentales presenten soluciones diferentes a la militarización y “a las autoridades civiles tales como las alcaldías y Gobernación, a los entes de control como la Procuraduría y la Defensoría del Pueblo, abrir y fortalecer espacios de participación a la población civil organizada, quienes somos los que estamos viviendo los efectos de la represión armada, económica, social y sicológica en Remedios y Segovia, con el fin de aportar en propuestas para tratar este conflicto”.