Pronunciamiento sobre la desaparición forzada y posterior asesinato de Jaime Gallego

La Corporación Jurídica Libertad rechaza y lamenta la desaparición forzada y posterior asesinato del líder social y defensor de derechos humanos Jaime Gallego.

Medellín, 10 de marzo de 2025

Jaime Gallego era un líder campesino que, desde la Mesa Minera del municipio de Segovia, luchó por la garantía de derechos para los mineros y la población en general.  Era sobreviviente del exterminio del comité de derecho humanos del Nordeste antioqueño e integrante de la Asociación de Víctimas del Nordeste Antioqueño (ASOVISNA). Por más de 30 años denunció la presencia paramilitar y la falta de protección para los defensores y defensoras de derechos humanos.

Desde el momento mismo de la desaparición forzada, ocurrida el pasado 3 de marzo de 2025, hasta su infame asesinato seis días después, las organizaciones sociales y de derechos humanos denunciamos la responsabilidad de las estructuras paramilitares de las AGC en los hechos y exigimos su liberación con vida. De igual manera, se activaron todas las rutas institucionales para lograr su liberación, entre ellas el Mecanismo de Búsqueda Urgente, sin embargo, ninguna funcionó y hoy volvemos a constatar la ineficacia de una política pública que no logra brindar garantías a la labor de los líderes y lideresas sociales. Cabe resaltar que Jaime contaba con Medidas Cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por tanto, existía una obligación mayor del Estado para garantizar su protección y atender de forma oportuna su búsqueda y liberación con vida.

Nos unimos a las voces que exigen una investigación eficaz, que logre esclarecer los hechos y determinar los responsables de este crimen y evite que quede en la impunidad como cientos de crímenes más. Pero, lo más urgente es avanzar en el desmantelamiento y sanción de las estructuras paramilitares que siguen operando no sólo en el Nordeste sino en Antioquia y gran parte del país, con la complicidad de la fuerza pública que no garantiza la protección de las comunidades, ni de los líderes y lideresas sociales. No es posible avanzar en procesos de diálogos para la paz si no existen compromisos reales por parte de las AGC en respetar la vida, la integridad, la libertad y los derechos de la población, las organizaciones y las comunidades. Es necesario que el gobierno local y nacional, así como las demás entidades del Estado avancen en soluciones reales para que la política pública de garantías deje de ser un saludo a la bandera, mientras seguimos sepultando a los líderes y lideresas.

Abrazamos a la familia de Jaime y a ASOVISNA. Su memoria, su ejemplo de vida y resistencia nos seguirá acompañando y nos animará para seguir luchando para que nunca más se repitan estos crímenes.