El Bajo Cauca Antioqueño es una subregión donde habitan alrededor de 260 mil personas de comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes y posee una gran diversidad de bienes comunes, anualmente de estas tierras se extrae el 60% de oro que reporta el departamento, paradójicamente es luego del Urabá Antioqueño, la segunda región más empobrecida y con alto nivel de desigualdad social, evidencia de esto, es que alrededor del 50 por ciento de población es pobre y un 20 por ciento se encuentra en situación de miseria. (El Colombiano, s.f); además el Bajo Cauca tiene el segundo puesto en el peor desempeño respecto al Índice Multidimensional de Condiciones de Vida: 30,07 (Gobernación de Antioquia 2022) y, por si fuera poco, el 50% de su población tiene una inseguridad alimentaria entre moderada a severa (Gobernación de Antioquia, 2019).
Esta no garantía plena de los derechos humanos por parte del Estado colombiano, que afecta aún con mayor rigor a las mujeres, niñas, niños y jóvenes, ha conllevado a que en los territorios de esta subregión persistan economías ilegales, ligadas al desarrollo del conflicto armado que desde los 80 y más fuertemente desde los 90 ha estado presente en esta zona de Antioquia.
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